La sequía también afecta a la salud mental
¿Es posible que la sequía también afecte a la salud mental? ¿Y qué otros factores influyen? ¿Quieres conocerlos? Pues te invitamos a leer este post.
Y te invitamos porque no cabe ninguna duda de que la salud
mental es el gran caballo de batalla de
nuestra sociedad.
Todas las instituciones y organismos son conscientes. También las aseguradoras que han aumentado las coberturas en sus seguros de salud para atender esta demanda.
La sequía, como una consecuencia más de cambio climático,
también afecta a la salud mental, según se ha puesto de manifiesto durante la XLII Reunión Anual de la Sociedad Española
de Epidemiología.
La sequía es sinónimo de pérdidas económicas y de incertidumbre en el futuro, dos aspectos estos que también acentúan los problemas de salud mental.
En un estudio llevado a cabo en Australia se encontró una correlación entre la sequía y
el aumento de emergencias hospitalarias relacionadas con problemas de salud
mental.
Además, otros dos estudios realizados en el mismo país vincularon
las sequías con un incremento en la
mortalidad por suicidio.
También, se han realizado algunas investigaciones que exploran la relación entre las sequías y el malestar psicológico en general, subrayando cómo los fenómenos ambientales pueden impactar gravemente en la salud mental de las personas.
El impacto en las mujeres
Uno de los factores clave que inciden en la salud mental son los determinantes sociales.
¿A qué nos estamos refiriendo? Pues esos determinantes
sociales son los que comprenden aquellos
aspectos que dificultan el alcance de un estado óptimo de salud.
No solo incluyen cuestiones relacionadas con el medio ambiente, sino que también encontramos:
· Clase social
· Nivel educativo
· Lugar de residencia (ya sea urbano o rural)
· Género
En las mujeres, las cuestiones de salud mental son más graves por:
1. Las dificultades para conciliar la vida laboral con la personal
2. Ser víctimas de violencia de género
Dos aspectos que contribuyen a que tengan con más frecuencia
problemas de salud mental, como la
ansiedad y la depresión.
Este escenario se agrava cuando se analizan casos específicos de otros grupos vulnerables, como los migrantes, quienes a menudo enfrentan situaciones de irregularidad legal o dificultades en su proceso de adaptación.
Las personas LGTBIQ+, por su parte, se exponen con mayor frecuencia a discriminación, mientras que las personas con discapacidad se enfrentan a otras barreras como el acceso al empleo y a la vivienda.
Desigualdad en salud mental
En diversas reuniones y foros de salud, como en la XLII
Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología, se ha señalado que
reducir las desigualdades en salud mental requiere abordar las desigualdades sociales en un sentido amplio.
Aunque este objetivo pueda parecer idealista, es necesario garantizar un acceso equitativo a los recursos educativos, sanitarios y sociales.
Además, es necesario crear empleos de calidad, ofrecer viviendas dignas y asegurar tiempo libre adecuado para todas las personas.
Una problemática de largo alcance
Los efectos de la sequía y otras situaciones de
vulnerabilidad climática y social no se limitan únicamente a problemas de salud
mental en general, sino que también inciden
en el bienestar emocional a largo plazo.
En este sentido, se ha hecho hincapié en que, para mejorar de forma efectiva la salud mental de la población, es indispensable no solo invertir en recursos sanitarios, sino también en políticas sociales que favorezcan la inclusión y la igualdad.
En conclusión, los determinantes sociales y ambientales juegan un papel muy importante en la salud mental de las personas.
El género, las circunstancias socioeconómicas y la ubicación geográfica son variables que influyen de manera determinante.
Combatir estas desigualdades exige un enfoque que vaya más allá de soluciones temporales, abordando las raíces de los problemas y promoviendo un acceso justo y equitativo a los recursos esenciales.
Este tipo de intervenciones no solo mejoraría la salud mental de las personas más vulnerables, sino que también contribuiría a un bienestar emocional más sólido y sostenible para la sociedad en su conjunto.